Plan B

the beat goes on!

Shopping etiquette

cashierInicio el año con la buena nueva de que mi otrora trabajo temporal como cajerita feliz en Boots es ahora permanente. Algo debí haber hecho bien para que me ofrecieran una de las tres plazas disponibles y que estuvieron peleadísimas entre los más de 50 empleados temporales contratados como apoyo durante la época navideña.

No es el mejor trabajo del mundo ni tampoco el más emocionante, pero hay que ser realistas y entender que en una ciudad tan pequeña como Plymouth y en donde el desempleo es el pan nuestro de cada día (y con la crisis se va a poner pior), algo es algo. Además, cabe mencionar que, de niña, mi mayor ambición en la vida era ser cajera. Oh sí. Recuerdo que cuando iba al súper con mis padres, observaba fascinada a la cajera teclear los precios de cada uno de los artículos (en aquellas épocas prehistóricas no había escáner para códigos de barras), oprimir botones, accionar el cajón con el efectivo, contar el cambio, imprimir la nota de compra… ¡ay, pero qué emoción!

Y pues ahora resulta que hago eso mismo para ganarme la vida (bueno, no exactamente lo mismo pues la tecnología ya nos facilita mucho las cosas). Insisto, no es uno de esos trabajos cargados de adrenalina (a menos que te toque lidiar con un cliente bravucón), ni siquiera de esos que exijan demasiado (aunque pasar de pie varias horas tiene su precio), pero sí que tiene su ciencia (y hasta su encanto, yo disfruto y aprendo mucho observando a la gente y sus quirks desde detrás del mostrador), eso sin contar que hay que estar dispuesto a  tolerar jetas y malos tratos.

Así, gentil lector o lectora, a continuación hago un breve recuento de esos pequeños detalles que pueden resultar bastante irritantes y que demuestran muy poca educación (¿o qué no sabían que para estas cosas también hay reglas de etiqueta?). En la medida de lo posible, evite:

  1. Aventar los billetes, monedas o tarjetas. Se ve feísimo y es una actitud que nos hace ver más como viles parias (“¿yo, tocar al cajero? fuchi”) que como empleados.
  2. Entregar los billetes doblados cual obras experimentales de origami, cucuruchos o pergaminos. Claro, no siempre vamos a tener en la cartera billetes recién salidos de la imprenta, pero resulta molesto tener que planchar y desdoblar el dinero antes de poder realizar la transacción. Me quita tiempo a mí y a usted también.
  3. No tener lista la cartera al momento de pagar. Y siempre pasa  justamente cuando hay una fila de mil personas esperando a que las atiendan. ¡Por favor, si ya va a llegar a la caja, lo mínimo que puede hacer es prepararse para lo que viene!
  4. Esperar que dos minutos después de abrir la caja a la clientela tenga cambio de un billetote de 20 libras sin que sea pura morralla. Ah, cómo se esponja la gente, ¿pero pues qué espera que le dé de vuelta cuando paga unos pinches chicles con un billete grande? Sea razonable, por piedad.
  5. Asumir que sé leer los labios o que tengo oído biónico. Hable fuerte y claro, caramba. Después de todo, está pagando por los artículos que lleva al mostrador y no por hablar. Échele más ganitas.
  6. Aplicar la asquerosa técnica del dedo ensalivado para contar billetes, cupones, papelitos, etc. Esto es lo peor que me pueden hacer, y lo más horrorizante es que sucede con muchísima frecuencia. ¡Amable clientela, por favor, es de pésimo gusto! Como para agarrar lo que sea que me estén entregando con un par de pinzas esterilizadas y luego clavárselas al cliente en un oclayo por marrano y desconsiderado. Así que si quieren verme aguantándome las ganas de vomitar, ya saben lo que pueden hacer.

3 responses to “Shopping etiquette

  1. Supernova March 4, 2009 at 11:45 pm

    La verdad nunca he entendido eso de ensalivarse el dedo para contar…. alguna vez lo hice por curiosidad y no sentí que nada cambiara. Solo es andar pasandose bichos de billete en billete.

    Plymouth… no lo ubicaba bien dentro del UK asi que busque… estas al sur sur sur! bueno no tan lejos de Glastonbury =P

  2. sailorblur March 7, 2009 at 10:40 pm

    Es que no hay manera de entender la técnica del salivazo. Y sí, es una pasadera de bichos y babas que da asco (de por sí, un billete sin ensalivar ya es un focote de infección…).

    Plymouth está en el fin del mundo, es el equivalente a Tatooine en el universo de Estar Guars. Y aunque estoy cerca de Somerset, desplazarse sale carito. Y los festivales ni te digo en cuánto salen :S

  3. Supernova March 9, 2009 at 8:22 pm

    Pero al menos Tatooine tenía Mos Eisley y por lo que tu dices Plymouth ni eso. 😦 Me imagino a Londres como Coruscant o alguna así… y si segun el mapa ni una ciudad grande cerca….. bu

    Yo si todo sale bien tal vez visite Glasto este año 🙂 pero si los costos ya me estan preocupando =S

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